domingo, 30 de agosto de 2015

La Quinta esquina.- Comentarios y resumen a la obra de Izrail Metter

La quinta esquina consagra al escritor judío Izrail Metter (jarkov 1909- San .Petersburgo 1996) como un gran novelista.-

Metter nos describe la vida en la Unión Soviética en aquellos años de 1920  y posteriores, cuando la revolución triunfaba y las normas a veces absurdas se instauraban en el país, reglas y mas reglas.

La vida en aquellos años no era de color de rosa y menos para una familia judía, la sociedad estaba dividida en cinco estamentos o clases y los que pertenecían a la última lo tenían crudo, así a Boria, el hilo conductor del relato no le es permitido asistir a la Universidad.

 De forma un tanto triste Boria va recordando su vida, si vemos una foto del autor nos podemos imaginar como fue su vida, pues en cierto modo es una autobiografía.

Boria comenzó a trabajar pronto en un taller de electricidad, donde a veces tenían encargos estatales, la empresa privada nunca desapareció del todo en Rusia, había pequeños empresarios, solo podían tener  un máximo de 7 trabajadores, los patronos en la época soviética no diferían mucho de la zarista aunque ahora hubiera otras leyes.

Por aquellos años  el nombre de Stalin comenzaba a aparecer en los periódicos pero no sabíamos quien era, no por incultura sino porque nunca había aparecido junto al de Lenin, si conocíamos otros nombres pero no ese, en aquellos y en los siguientes, a todo aquel que no estaba en la onda era pequeño burgués, si el pequeño burgués dudaba de algo era acusado de trasmitir los chismes del tranvía, a partir de los años 30 se comenzó a llamar pueblo a ciertas personas y a excluir a otras.

Entre los agentes que hacían pesquisas o sea entrar en una casa y registrar había mucho antiguo campesino gente sin formación a quienes les gustaba demostrar su poder, los arrestos eran por nimiedades, tener por ejemplo el testamento de Lenin.

Boria no tenía amigos íntimos, sabía muy bien lo que costaban los amigos íntimos,, aunque a veces asistía a comidas para festejar las fiestas revolucionarias, también asistían las esposas prematuramente  viejas e ignorantes y de paso se contaban chistes vulgares, la mayoría de ellos llevaban una vida corrupta y desvergonzada.

Katia Galavanova y Boria se conocieron a través de un anuncio, ella buscaba un profesor de física , fue un flechazo, no recuerdo cuantas veces le declaré mi amor pero durante 15 años no dejé de hacerlo, me  declaraba en parques, jardines, metro,, daba igual que fuera invierno o verano, aquello ocurrió también el día que se casó con un agente plenipotenciario del GOPU y el día que se divorció de él. Me resulta complicado hablar de Katia porque las peculiaridades de su carácter no dan una idea del milagro que era para mí, eso no quiere decir que la mujer amada se reduzca a las peculiaridades de su carácter hay otros mundos explorados que  solo el enamorado puede ver, pero aún así Katia y Boria se hablaban de usted, esa costumbre antigua.

 katía comenzó una larga carrera de matrimonios y relaciones, su ultimo amor se dedicaba a ese trabajo tan misterioso que consiste en buscar enemigos de la revolución.

El autor va desgranando su vida dando saltos en el tiempo, no es lo normal pero gusta, además últimamente parece que se ha puesto de moda y siempre Katia en el fondo de su corazón, ella vivía en la quinta esquina de ahí el titulo de la obra. Se había casado con un actor de poca monta y con los celos acuesta trataba de verle a Katia todos les defectos que tenía, pero estos desaparecían al menor contacto con ella, el marido de Katia sentía afecto por Boria e iba incluso a buscarlo para tomar el té en familia.

Los años 30 fueron los años de la demencia y la gente que a veces esta ciega, creía que cuando alguien desaparecía es porque había un motivo para ello, el fanatismo tiene diversas caras, yo( y el comentario es mío) lo he visto en amistades y conocidos, fanatismo político y religioso, cuando ambos van  juntos la persona se convierte en una bomba de relojería, los que no aceptan sus teorías se convierten en enemigos, dice el autor que los que creen a ciegas nunca piden explicaciones, pero terminan por no soportarlas,, a veces es demasiado tarde y tienen que cargar con el peso de lo que ellos mismos auparon, nos ciega la magia constante de la mayoría, lo estamos viendo aquí, en esta querida España, los ciegos no quieren ver, pero la mayoría conoce pocos casos en que la minoría tenía razón (palabras del autor).

Fiodor Inanovich el padre de katía fue detenido en aquel año de 1930, su esposa y toda la familia no se separaban del teléfono, porque pensaban que sería un mal entendido, la familia no quiso hacer gestiones al más alto nombre porque confiaban en la justicia,, pero en la Rusia de los años 30 el fin justificaba los medios, al final cuando se tala el bosque salen astillas por todos los lados ( proverbio ruso) añade el autor que el fanatismo necesita de zopenkos, gente que no se pregunta donde esta la razón porque no saben distinguir.

Boria se había ido a vivir a casa de su amada Katia que vivía con su madre y su esposo, actor y según relata hacia con Katía todos los días y a cada instante lo que yo deseaba hacer  y aquello me expoliaba, por las noches a veces me tenía que poner la almohada de plumas sobre mi cabeza,, es algo incongruente lo que cuenta el autor pero es su vida y así la cuenta.

Me mudé de ciudad y mi vida cambió, comencé a dar clases en la universidad comunista de Kunvuz en los Urales ( Siberia) y hacerme llamar asistente de cátedra, mis clases entonces eran conferencias ( buen curriculúm el de Metter de electricista en una pocilga a conferenciante en la Universidad) y así comenzó a crecer mi vanidad,  cuando llegaba a casa me sentía vacío y desfallecido, pero dentro de aquel ambiente tenía una habitación en el quinto piso de un inmueble y alrededor había gente a la que yo le era indispensable, pero la ciudad era otra historia, no había nada en las tiendas, latas vacías en los escaparates con las que hacían torres, en los periódicos se escribía que la soja y la margarina era mejor que la mantequilla y la carne pero tampoco había ni lo uno ni lo otro, los periódicos aconsejaban también que mucha ingesta de comida no es saludable, en eso les doy la razón.

Cuenta Metter algo que yo también he observado en algunas personas, cuando se llega a una edad  adulta con cierta incultura y se aprenden unos conceptos que deberían ser básicos, la mente se cierra a aprender cosas de mayor transcendencia(1) durante años continua Metter yo también viví distinguiendo tan solo dos colores el blanco y el negro, por cierto la habitación era compartida.

En aquellos años yo creía que los matrimonios se hacían en la cama, hoy con los años os digo que con el tiempo esa pasión inicial es reemplazada por algo incomparablemente mayor, la amistad, la complicidad y la afinidad espiritual, pero ojala Dios me concediera retorcerme de nuevo  en la llama de la pasión.

 A la historia no se le puede hacer la pregunta de ¿Qué hubiera ocurrido si..? La historia esta determinada por leyes,, pero si sirviera de algo el pasado,, porque de la historia no se aprende y se vuelven a cometer los mismos errores .

A Izrail le vino fama con la caída del muro, esta obra es de 1967,tiene otras en su haber como Genealogía (que no he leído)  sobre la historia de su familia, en 
aquellos años la delación se convirtió en una norma; familias contra familias, para algunos fue casi una profesión, Katia desapareció un buen día, sin tumba si quiera para ir a llorarla.

(1) Conozco un par de casos , antiguas "amistades"que un buen día se fanatizaron porque la palabra dada por el gurú era ley de Dios 


PD
Al comenzar a leer una obra hay que leer por lo menos unos 30 paginas para ver si se conecta con lo que dice el autor, yo en algún caso leí muchas mas pero al final no pude seguir, con Metter pensé que dejaría la obra sin leer, pero poco a poco fui conectando con la historia que contaba tanto es así que me ha gustado muchísimo, no en vano es su mejor obra.

El libro se puede descargar por PDF gratis.-




Stasiland. Historias tras el muro de Berlín.Anna Funder.

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