Ana
Larina nos narra una historia personal que es a su vez la historia de
la Rusia del S.XX.Casada con Bujarin, amigo personal de Lenin, tuvo
una juventud tormentosa como tantos y tantos rusos que un dia se
cruzaron en la vida de Stalin, y su destino quedó marcado.
En
los años 70 decide escribir sus memorias,siendo ya una anciana casi
irreconocible.En aquellos años los que caían en desgracias eran borrados
de las fotos, de los libros y su nombres eran impronunciables
La
historia no está exenta de ternura, Anna era hija de un hombre amigo
de Bujarin, le llevaba 26 años y la vio crecer mientras de tarde en
tarde visitaba a la familia. Bujarin fue victima de su propia brutalidad en el mundo que le tocó vivir, era un bolchevique convencido y como tal actuaba.
La jerarquía soviética tenía un sistema piramidal claramente distinguible para cualquier ruso, la vivienda que ocupaba, el coche que utilizaba. Ella creció dentro de la casta, pues su padre era amigo personal de Lenin, su visitas a la casa de columnas de los sindicatos, sus entradas en el Kremlim,nada de ello le era ajeno. Todos los que tuvieron trato con el Zar rojo, lo definen como astuto y tosco. Como toda biografía, Anna destila cierto odio a Stalin,odio justificado, se convirtió en su enemigo, y ya sabemos que cuando alguien pasa a ser enemigo solo vemos monstruosidad.Dice que no hablaba ningun idioma occidental, y que en su mediocridad estaría el odio a Bujarin,contrapuesto a él, hombre cosmopolita e intelectual. Según algunos autores la astucia de Stalin estuvo en fingirse menos inteligente de lo que realmente era, entrar en este terreno es complicado. De Stalin se saben cosas contadas hasta por sus enemigos, seductor con las mujeres, gran lector y con gran talento para calibrar al enemigo y al amigo.
Dice Muñoz Molina autor del prologo, que no se dice nada de lo que hizo Bujarin aliándose con Stalin para destruir a Trostky, contribuyendo a su ruina así como a la de sus partidarios. Ella lo describe como revolucionario incorruptible,como hombre austero,vistiendo ropa de mujik, pero hay otras cosas que ella no cuenta, añade Muñoz Molina que en los primeros años de la revolución Bujarin fue tan sectario y cruel como el resto.Cuando ya se avecinaba su final en el 36, año en que fueron fusilados Kamenev y Zinoviev. Bujarin escribía cartas adulatorias a Stalin. Un relato con sombras dice el prologuista.No supo o no quiso decir más.
Las máncias en Rusia siempre fueron materia de estudio, tanto en la época zarista como en el periodo bolchevique. Yo no sé si el lector de este resumen habrá oído hablar de Anatoli Lunacharski, amigo de Lenin en el exilio , comisario de cultura en los años posteriores a la revolución y embajador de Rusia en España, murió en carretera (1933) cuando se dirigía de Francia a nuestro país; pues bien Lunacharski era quiromantico y al parecer muy bueno, cuando la pareja Bujarin-Ana salían juntos , un buen día Lunacharski le hizo una lectura de mano y le comentó a Bujarin lo que veía, nada bueno, años durísimos, ella oyó la conversación, y Bujarin intentó quitarle yerro al asunto, pero lo cierto es que no se equivocó en lo que le pronosticó.
Anna nace 1914,hija adoptiva de Yuri Larin, líder intelectual bolchevique, perteneciente al circulo mas intimo de Lenin. Vivió en un majestuoso hotel donde vivían los nuevos gobernantes, y posteriormente en el Kremlim, recibió una educación marxista y vio como enterraban a su padre en la necrópolis del Kremlim, con todos los honores.Tenía tan solo 20 años cuando unió su destino al hombre que se convertiría en enemigo de Stalin y de toda Rusia, tuvo un hijo en 1937, Yuri. El libro habla esencialmente de Bujarin, y me recuerda en gran medida al de Nadezhda Mandelstan (Contra toda esperanza) esposa del poeta Osip Mandelstan que también falleció en el gulag y ella le sobrevivió.
En este libro también se narra el affaire amoroso de Yagoda ( jefe de la checa) y Timosha,nuera de Gorki ya es el tercer libro de memorias que leo, sobre aquellos años, donde se cuenta el asunto, debió ser vox populi, aunque no existiera televisión, ni prensa rosa. La historia tiene algunas veces variantes, pero lo cierto es que debió existir. Y yo en el blog también he hablado de ello.
Cuenta la autora que una noche de madrugada sonó el teléfono y era Stalin, estaba ebrio, llamó a su marido solo para decirle la suerte que tenía de tener a una esposa guapa y joven,mas joven que su Nadia, quien por cierto llevaba tiempo muerta, dijo algo más que ella no supo interpretar y que su marido no quiso preguntar. Pero se sabe que Stalin a veces llamaba de madrugada a sus "allegados" por que Bujarin entonces lo era, aunque le quedaba poco para caer en desgracia.
El falleció el 15 de Marzo de 1938. Intentó salvar a Ana,a su hijo y a su anterior esposa,pero fueron todos enviados al gulag. Su hijo fue educado por su familia, y posteriormente enviado a un orfanato, ella lo vería muchos años mas tarde, siendo ya adulto. Anna escribió sus memorias entre los 60/70 y fueron un bestseller.
La vida en el gulag es narrada con meticulosidad. El nombre de Bujarin fue restituido en el 89 junto al de otros lideres fusilados, Kamenev ,Zinoviev y algunos más.
Anna Larina dice una frase en un momento dado, que me llamó la atención y que he dejado para el final: Todo aquello que me pasó no pudo ser por casualidad, porque las casualidades no existen.
Las máncias en Rusia siempre fueron materia de estudio, tanto en la época zarista como en el periodo bolchevique. Yo no sé si el lector de este resumen habrá oído hablar de Anatoli Lunacharski, amigo de Lenin en el exilio , comisario de cultura en los años posteriores a la revolución y embajador de Rusia en España, murió en carretera (1933) cuando se dirigía de Francia a nuestro país; pues bien Lunacharski era quiromantico y al parecer muy bueno, cuando la pareja Bujarin-Ana salían juntos , un buen día Lunacharski le hizo una lectura de mano y le comentó a Bujarin lo que veía, nada bueno, años durísimos, ella oyó la conversación, y Bujarin intentó quitarle yerro al asunto, pero lo cierto es que no se equivocó en lo que le pronosticó.
Anna nace 1914,hija adoptiva de Yuri Larin, líder intelectual bolchevique, perteneciente al circulo mas intimo de Lenin. Vivió en un majestuoso hotel donde vivían los nuevos gobernantes, y posteriormente en el Kremlim, recibió una educación marxista y vio como enterraban a su padre en la necrópolis del Kremlim, con todos los honores.Tenía tan solo 20 años cuando unió su destino al hombre que se convertiría en enemigo de Stalin y de toda Rusia, tuvo un hijo en 1937, Yuri. El libro habla esencialmente de Bujarin, y me recuerda en gran medida al de Nadezhda Mandelstan (Contra toda esperanza) esposa del poeta Osip Mandelstan que también falleció en el gulag y ella le sobrevivió.
En este libro también se narra el affaire amoroso de Yagoda ( jefe de la checa) y Timosha,nuera de Gorki ya es el tercer libro de memorias que leo, sobre aquellos años, donde se cuenta el asunto, debió ser vox populi, aunque no existiera televisión, ni prensa rosa. La historia tiene algunas veces variantes, pero lo cierto es que debió existir. Y yo en el blog también he hablado de ello.
Cuenta la autora que una noche de madrugada sonó el teléfono y era Stalin, estaba ebrio, llamó a su marido solo para decirle la suerte que tenía de tener a una esposa guapa y joven,mas joven que su Nadia, quien por cierto llevaba tiempo muerta, dijo algo más que ella no supo interpretar y que su marido no quiso preguntar. Pero se sabe que Stalin a veces llamaba de madrugada a sus "allegados" por que Bujarin entonces lo era, aunque le quedaba poco para caer en desgracia.
El falleció el 15 de Marzo de 1938. Intentó salvar a Ana,a su hijo y a su anterior esposa,pero fueron todos enviados al gulag. Su hijo fue educado por su familia, y posteriormente enviado a un orfanato, ella lo vería muchos años mas tarde, siendo ya adulto. Anna escribió sus memorias entre los 60/70 y fueron un bestseller.
La vida en el gulag es narrada con meticulosidad. El nombre de Bujarin fue restituido en el 89 junto al de otros lideres fusilados, Kamenev ,Zinoviev y algunos más.
Anna Larina dice una frase en un momento dado, que me llamó la atención y que he dejado para el final: Todo aquello que me pasó no pudo ser por casualidad, porque las casualidades no existen.
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El libro es un poco retorcido, hay momentos en que su lectura se hace casi imposible. Este libro como tantos otros de la época soviética es para historiadores y curiosos como es mi caso pero no sé si ha aguantado bien el paso de los años. En los libros referentes a los años duros del estalinismo se narran una y otra vez las mismas historias de los mismos personajes.