viernes, 26 de enero de 2024

Falsos camaradas. Fernando Hernández Sánchez. Reseña

                Siempre he pensando que en los partidos políticos ha habido/hay, falsos camaradas, cuya misión es informar. Entra dentro de la lógica, aunque no estemos en guerra.

 La información es poder.

¿Qué puede llevar a alguien que ha formado parte de la estructura de poder de un partido, a traicionarlos? Puede haber un deseo de venganza, alguna promesa.. tu me das y yo a cambio...o salvar la vida y la de su familia. Las posibilidades son varias.
 
Esta obra se hacía necesaria, para mi ha sido algo inesperada. Además desconocía este aspecto de la postguerra.

-.FALSOS CAMARADAS.-

La historia comienza en 1947 cuando un grupo de dirigentes  comunistas se pone al servicio del estado franquista y entregaron la estructura del PCE a la policía, con consecuencias demoledoras. El resultado fue 2.000 detenidos y 46 condenados a muerte. El artífice de las detenciones fue Roberto Conesa, ya en los albores de la democracia su nombre sonaba. Entre los nombres de los detenidos estaba el de Jorge Semprún, entre los encargados de torturar, un tal Gilabert de profesión boxeador.  El GRAPO y los sucesos de Atocha también desfilan por el  libro.

En aquellos años Conesa se convirtió en el héroe patrio, así como Antonio González Pacheco (Billy el niño) ;hace poco lo vimos andando por las calles de Madrid. A Conesa se le comparó con Kojak, muy de moda en aquellos años,,el diario católico Ya le dedicó un retrato de lujo: un madrileño por los cuatro costados, nacido el día de San Isidro..la vida de Conesa es un ejemplo de dedicación y vocación; Pilar Urbano también le dedicó elogios.

Torturas de nueve días hasta perder el sentido. Así era aquella España de misa dominical y paseo bajo palio del dictador .

Según las memorias de José Ramón Piñeiro, llegó a tener infiltrados en el comité del Partido Comunista de España en el extranjero. 
Dentro de los partidos también hubo purgas internas.
En los expedientes consultados por el autor figuran casi medio millón de hombres, cuyas vidas fueron cercenadas.

Para mantener la excitación continua de sus agentes, el estado recurrió a las consabidas recompensas. Así por ejemplo Antonio López recibía gratificaciones extraordinarias del 42%.Conesa casi 5.350 Ptas de la época en concepto de premios.

Todas las tentativas de reconstruir los partidos eran desbaratadas una y otra vez. Algunos como el  PCE  se negaron a ser meros ateneos de emigrados, organizando huelgas dentro de España como la de 1947 en Vizcaya. Quisieron hacerse presentes dentro del país.

El autor da muchos datos, para los historiadores y personas interesadas en saber como era la España de los 40,la España de la represión franquista y de los traidores de izquierda.















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