Sándor Márai húngaro de nacionalidad pero nacido en
Eslovaquia (1900-1989 San Diego )
Márai es relativamente poco conocido en España. La editorial
Salamandra ha publicado algunas de sus obras.
El
último encuentro tuvo una gran acogida en Italia cuando se publicó
en los 90, aquí en España pasó más desapercibida del gran público.
La historia se desarrolla en torno a dos amigos de juventud que se ven 40 años más
tarde, uno ha pasado mucho tiempo en oriente, el otro ha permanecido en su
propiedad, el motivo del encuentro es un secreto en torno a una mujer.
El autor ahonda en lo más recóndito del alma, allí donde se
encuentran las verdades que provocan dolor. El interés del libro radica en el monologo y como entra dentro del alma humana, no por la historia en si, que puede ser hasta decepcionante.
Es un libro de reflexión : Tenemos que soportar que nuestros deseos no siempre tengan repercusión
en el mundo, que las personas que amamos no siempre nos amen o no como nos
gustaría, tenemos que soportar traiciones e infidelidades, que haya personas
con cualidades morales e intelectuales superior a nosotros, esto es lo que he
aprendido en 75 años de vida aquí en medio de un bosque,, claro que cuando éramos
jóvenes no sabíamos nada de esto, era un tiempo maravilloso, una época mágica ,
pero la vejez lo muestra todo con absoluta nitidez, éramos unos niños y éramos
amigos pero luego cuando se formó nuestro carácter tu no pudiste soportar que
te faltara algo que yo tenía: mis orígenes, mi educación, algún don divino. Se
trataba de que a ti el mundo te trataba con indiferencia, con hostilidad y a mi
con sonrisas y confianza.
Hay
personas a las que el mundo les regala todo y
le perdonan también todo, tienen algo de coquetas y algo de prostitutas,
esto da una seguridad a la hora de presentarse ante los demás.
Continua el relato hablando de la época de la juventud, la
época de la clemencia, todos vienen a tu encuentro y te
homenajean,,luego durante la academia militar a mi nunca me abandonó la
seguridad, la convicción de que los dioses me habían regalado el anillo de la
suerte y con el que no me podía pasar nada malo, esto es lo máximo que un ser
humano puede obtener en la vida, pero quien se confía y se vuelve arrogante, quien
no puede soportar los agasajos del destino
puede sucumbir.
Cuando
se terminó nuestra juventud nuestra amistad empezó a enfriarse, no hay un
proceso anímico más triste que cuando se enfría la amistad entre dos hombres.
El dialogo entre los dos hombres es duro por todo lo que
enseña: Yo admiraba tu inteligencia, tu
amarga superioridad y creía que tu admirabas mi don de acercarme a la gente, de
ser amado allá donde tu solo eras tolerado.
Se
acabó el tiempo mágico de la juventud y ahora solo queda una relación atada por
lazos misteriosos,, habíamos hecho un pacto entre caballeros y eso es muy raro
en esta vida.
Si no
hubiéramos sido amigos no hubieras levantado el arma contra mi, aquella mañana
en el bosque durante la cacería y no habría ido a tu casa al día siguiente
donde nunca me habías invitado y donde guardabas un secreto malvado que envenenó
nuestra amistad, pero a pesar de ello aquí estamos los dos,, parece que ninguna
fuerza externa puede afectar a las relaciones humanas.
El duelo verbal entre estos dos amigos es duro y a veces se
hace insoportable. Lo que los dioses regalan a unos y niegan a otros. El relato
es prácticamente un monologo, este libro o lo sueltas en las 20 primeras
paginas o lo lees hasta el final.
Conrad, el acusado, no
llegó a matar a su amigo el General, una muerte que hubiera sido por amor a una
mujer y ante la imposibilidad de ser amado huye al trópico. El lector tiene que
leerla hasta el final para conocer el desenlace.
La vida de Márai debió ser algo trágica y se suicidó, no
dejó nota escrita ni sabemos que le pudo llevar a ello, pero no me cabe duda
que su existencia debió también estar marcada por algo.
Este libro fue de los que salvé cuando dejé Sevilla,
La critica no es unánime al respecto, he querido saber lo
que dicen otros, Jose Maria Guelbenzu la define como falsa novela y que el desenlace
se alarga hasta lo insoportable, según Guelbenzu no distingue entre el folletín
y el verdadero dilema de conciencia. Ningún autor de talento escribe una novela
para descubrir al final que dos y dos son cuatro.
Lo del desenlace
lo comparto, pero a mi el monologo me ha encantado. En mi opinión si es
un conflicto dramático.
En imagen el autor y su esposa.
Gracias, pronto leere algo de este escritor.
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