domingo, 10 de abril de 2016

Ser mujer en el Opus Dei- Isabel de Armas


La autora del libro fue miembro de la “Obra” así la llaman ellos, de 1966 a 1974, escogí esta lectura descargable gratis total por Internet en la pagina de Fiuxy ( por si hay algún interesado en leerla) . Ya había leído algo anteriormente.

 He conocido a personas pertenecientes al Opus, los conocí en mi época de Granada; tenía una compañera de clase por cierto encantadora y buena personas que fue miembro del Opus, se hizo numeraria y pasado un tiempo perdí el contacto con ella, no sé si continuó, una chica bastante guapa por cierto y luego  en mis años de Sevilla he conocido a alguna que otra persona pues en el bloque donde vivía había también algunos miembros de la obra. Y hay un no sé que, no sabría defiíirlo con palabras que cuando hablo 10 minutos con alguno de ellos sé que son miembros, no porque ellos me lo digan, porque ellos nunca lo dicen pero al final siempre hay alguien que te lo comenta. En Sevilla tienen un Palacio,  el del Duque del Infantado, en la Av. de la Palmera, el jardín estaba mal cuidado pero el interior impresionante dentro de la sobriedad que caracteriza a la obra.

La primera obra que leí referente al Opus fue la  de Carlos Albal, después vendría la del arquitecto Fisat y  la de un sobrino suyo, en ninguna sale bien parado, y se me quedó grabado el chovinismo latente dentro de la institución, no se si fue Albal u otro autor quien comentaba que dentro de la obra había pasión culinaria por los pastelitos de espinacas, los servían en las grandes ocasiones como bocato di cardinale, y algunos se preguntaran ¿ y eso? Pues sencillo, los pastelitos los inventó la madre de Monseñor, a él les encantaba y su cocinera aprendió a hacerlos , luego la receta se extendió como la pólvora… leer sobre el Opus es para mentes inquietas y curiosas, al ser una sociedad secreta , porque aunque no conste como tal lo es, produce cierta intriga y a algunos nos gusta curiosear.

Veamos que nos cuenta la autora. Veinte años tenía Isabel cuando decidió hacerse numeraria.

Tuve que rellenar un infinito cuestionario que tienen para evitar la entrada de curiosos. Isabel de Armas se decide a escribir la obra cuando supo de la inminente  canonización de Escrivá, solo bastó que JP II reconociera el milagro tan esperado.
La historia de Isabel es la de una militante de base y lo que ella cuenta son anécdotas y lo que vivió dentro, no tuvo acceso a grandes secretos, ella piensa además que en el Opus como en cualquier organización de envergadura son solo unos cuantos los que tienen acceso a cierto tipo de información. La jerarquía dentro es una auténtica pirámide.

Desde que Isabel escribe  la obra hasta la fecha de salida habían pasado 20 años por lo tanto desconoce como haya podido evolucionar la misma en ese tiempo. Yo no creo que haya podido haber algún tipo de evolución pero es la opinión de alguien de fuera y por lo tanto discutible. Dice la autora que tuvo que  pasar tiempo, que hay que poner distancia porque cuando tienes la piel en carne viva es difícil, opinión que comparto.

La autora hace una comparativa muy buena, así dice no querer caer en el tópico en el que cayó Solyenitzin diciendo que un colectivo generoso y bueno esta manipulado por una pandilla de desalmados, a algunos le gustó esa forma de gobierno y les fue bien, pues igual sucede en el Opus, algunos son felices y encontraron lo que buscaban,, policías políticas de turno hay en muchos sitios, mientras obedeces bien, cuando discrepas aparecen. Cuando entras no te das cuenta porque lo haces guiado por unos principios cristianos, pero poco a poco te vas sintiendo que  estás atrapada, el control de las conductas individuales es total.
Nadie duda que alguien que entra en el Opus lo hace con la intención de ser mejor persona y servir a Dios de alguna forma, otra cosa es lo que se encuentre dentro., la autora se pregunta si para ser cristiano en el mundo es necesario todo este montaje, pero para llegar a esa conclusión fueron necesarios unos años.
Adoctrinamiento.-

Cuando el padre quería algo pedía obediencia libre, ¿ es esto posible? El padre no quería cadáveres obedientes.- El primer año de estudios lo hizo en Alcor, llegué llena de fé, quería conocerlo todo, vivirlo todo intensamente. Me chocaba que todas las enseñanzas fueran dirigidas a convertirnos en unas arrebatadas de Monseñor, el padre nos ha dicho, el padre quiere que..si lo comentabas te decían: No te preocupes es que todavía no estás madura ya lo irás entendiendo, había una divinización indiscriminada del padre, sus gustos personales, sus manías…
Un día le dijeron que en el oratorio solía sentarse siempre en el mismo banco y que eso solía indicar apego, lo pongo en negrita porque esto es muy típico de las sectas, conocía a una persona de Brahma Kumaris, y siempre estaba con lo mismo del apego, la sonrisa permanente otro gesto típico de grupos sectarios aunque estén reconocidos por el ministerio del interior.

 Había que imitar muchos las formas que se veían alrededor, era puro mimetismo, promueven mucho la humildad pero no lo son o al menos en los que yo he conocido. Había que sonreír las 24 horas del día sin distinguir situaciones. Al final terminabas diciendo Amén a todo lo que te propusieran. Había que ser optimistas y cascabeleras si no sonreías podía ser entendido como de espíritu crítico lo peor que allí podía suceder. Hala, a obedecer decía Escriba y el que no lo entienda es un soberbio y no sirve para la Obra.

El Padre quiere a sus hijos muy libres, pero haciendo prontamente lo que el dice, este es el secreto de nuestra libertad.

Palacio del Duque del Infantado, sede del Opus en Sevilla

Conforme la gente se va haciendo mayor se dan cuenta que es más difícil  reemprender la vida fuera, el fundador solía decir : El que sale no doy por su alma ni cinco céntimos, o sea fuera de la Obra no hay salvación. Somos instrumentos en manos de Dios, curioso lo de instrumento como en Brahma Kumaris ( anotación mía) el espíritu critico es soberbia, ganas de destacar, en definitiva cavarse su propia fosa.

La correspondencia era leída y la directora decidía si la carta tenía salída o no, la confesión era obligatoria cada ocho días, pero para algunas la confesión semanal era poco y se metían dos veces por semana en el cuartito oscuro.
En los 70 comenzaban ya las deserciones, un día  quedé con una numeraria en un café del puerto de Barcelona y me explicó porque después  de veintitantos años lo dejaba.

La pobreza era vivida por una numeraria como desprendimiento de todo aquello que pudiera poseer, sueldo, propiedades, regalos de familiares todo absolutamente todo debía entregarse.

La castidad se vivía con normalidad pero a la autora le llegó alguna historia,, una numeraria se enamoró de otra y se lo dijo abiertamente, hubo otra historia mas y las dos enamoradas se citaban en la terraza del edificio de la Obra, pero la autora insiste en que eran casos aislados.

La llegada de Juan XXIII al solio pontificio no fue bien vista por el Opus, esto lo sabía tampoco la de su sucesor Pablo VI, Escribá lo calificó de Concilio del Diablo.
La autora hace algunas referencias a Calvino como el gran reformador , dentro de la obra le recomendaron que leyera su biografía, la de Max Weber, pero  algunas cosas referentes a Calvino me han resultado interesantes y también chocantes sobre todo provenientes del Opus. Calvino hace una aportación interesante que luego Escrivá copiaría: ¿como saber si estoy en el camino?o dicho de otro modo saber  si soy un elegido de Dio, para el alemán la respuesta era sencilla : saber si estoy en gracia, Escrivá se agarró a esa máxima y la aplicó al Opus, pero Escrivá no entendió o quiso desviar la frase deliberadamente, estar en gracia era estar dentro del Opus y hacer su santa voluntad ,mientras que el estado de gracia te lo da Dios,no se puede elegir, pero aquí me desvío algo del tema y no quiero entrar en cuestiones teológicas.

La autora hace una serie de paralelismo entre la doctrina luterana/calvinista y la Obra, pero esto excede un resumen, que además está siendo más largo del o habitual.
Llegó un momento es que comenzó a ser sospechosa y la controlaban sobre todo en lo referente a lectura, todo lo que sonara a aperturismo resultaba sospechoso, personajes como Fraga o Areilza eran considerados peligrosos, Miguel Hernandez estaba prohibido porque podía provocar malos pensamientos.

La España rancia de la mujer entre fogones y pariendo hijos año tras año, siendo sumisa al marido era la que le gustaba a Monseñor, aunque en los 70 entendió que la mujer también podía trabajar siendo además una buena fuente de ingresos para la obra.

Pero todavía en 1990 Carlos Cardona una eminencia dentro de la Obra describe a la mujer como ese ser amable, simpático, tierno, la madre reina del hogar..En cierta ocasión una numeraria venida de Roma dijo que la fregona no se debía utilizar porque no limpiaba bien las esquinas, las presentes en la sala guardaron silencio y fueron llamadas al orden por no haber expresado su aprobación.

En la Obra no había amistades, esto es típico de los grupos sectarios, aunque podía haber más empatía con unas que con otras. En cierta ocasión me llamado una super delegada : Nos han llegado ecos de que hablas con algunas numerarias

La autora toca el tema de la sexualidad pero harto conocido que dentro de la obra solo está permitida la “sexualidad responsable” con vistas a tener hijos, la Obra no se plantea si puedes alimentarlos o no o si no hay que practicar la abstinencia. El estado ideal de la  mujer es el embarazo, la mujer debía estar siempre guapa y bien arreglada cuando llegara a casa.

De los arrebatos de Monseñor también habla la autora, los otros libros que leí también hablaban de este asunto, patadas, puñetazos y una soberbia descontrolada (Opus Dei chapuza del Diablo.- Carlos Albal).

Mª Antonia Moreno una ex numeraria muy conocida por ser de las primeras en salirse comenta: Es impresionante la suficiencia espiritual que se vive en la Obra, hay una especie de teléfono rojo que conecta a Monseñor directamente con Dios.

Las biografías que de Escrivá  son hagiografías, hablan de él como el enviado, el ungido, pero el mismo Escrivá fomentó toda esa retahila sobre el, ahora en estos  últimos tiempos cuando hablan de él siempre es : San Jose Maria

La obra es muy extensa, pero hasta aquí llega el resumen,que se ha hecho algo mas largo de lo habitual. 


Después de haber leído este leído este libro he llegado a la conclusión que la Obra es una cárcel de la que no siempre se puede salir, porque cuando se es joven todo es posible pero a partir de cierta edad “ cuesta” a no ser que tengas muchos apoyos fuera, y si además tu jefe es también la Obra la cosa se puede complicar.

Hoy no se habla del Opus en la medida que se hizo en los 70/80 donde se publicaron varios libros de ex miembros, posiblemente esté en capa caída, porque además hoy hay otras organizaciones menos “radicales”y sin tantas ataduras. Kikos, Focolares y media docena de grupos más.

¿ Es el Opus una secta? El concepto de secta es claro. Cuando el individuo deja de relacionarse e interactuar con otros grupos o personas y si lo hace es con vistas a integrarlo en el grupo, se apartan no solo de la sociedad sino de la familia, en muchos casos se produce una ruptura, tampoco practican la caridad con la sociedad todo va en caminado al grupo al que suelen dar cantidades de dinero considerable e incluso suelen dejar herencias. El grupo es una pirámide las bases no discuten nada todo viene dado desde arriba cualquier objeción es reprimida.Y el Opus encuadra perfectamente en lo que es una secta por bien vista que sea en Roma o por el Papa de turno.

Me quedo algunas  frases:
 Quien cede con facilidad es débil quien no lo hace nunca es un maniaco.
No existe libertad sin conocimiento.
No me podía destacar ni salir de la fila. ( esto sucede no solo en el Opus, en otros ámbitos también, pero está bien que la autora lo recuerde)

Se me olvidó añadir que la compañera de clase de la que hablo arriba me había insistido en asistir a una merienda y conocer un poco la Obra, tenía yo entonces 19 años y un buen día acepté, la reunión fue en la Calle Lopez Mezquita, era una merienda y eramos un grupo de unas doce, no recuerdo de que hablamos, pero una cogió la guitarra y el resto comenzó a cantar una canción, luego nos pasaron a un oratorio y asistimos a una misa y nos invitaron a confesarnos, yo hacía años que no lo hacía y no sabía que contar, quizás debería de haber dicho que mi mayor pecado era simpatizar con los movimientos de izquierda.Nunca más volví, y si recuerdo que el sacerdote me hizo alguna pregunta incomoda,, dejemos lo ahí.

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