Paseos por Berlín.-
Los cafés de Berlín eran locales grandiosos, las
mecanógrafas salen solas a la calle y piden platos de verduras en los
restaurante, comenta la moda, los escaparates, los paseos turísticos
organizados, son tantos los detalles que hay momentos en que la obra se hace
poco llevadera.
Nos habla del arte de pasear, un arte que hoy se ha perdido
por lo menos en España. Cuando se escribió la obra en los años 20 eran años de
paseos, paseos otoñales, de invierno y
de cualquier estación, la gente salía a pasear
por las calles hoy no se de nadie que pasee, la gente va de casa al
trabajo y viceversa, en todo caso se sale para ir a un bar o porque has quedado
con alguien, se sale para ir a un sitio concreto, yo recuerdo que en Marruecos
se paseaba, sábados y domingos y también
algunas noches en verano o cuando hacía buen tiempo.
El flâneur(*) es un paseante, pero eso en español no tiene
mucho sentido, quizás habría que matizar no es un paseante
cualquiera, es un observador de la ciudad, porque el flaneur pasea por la
ciudad sobre todo por las grandes, no es un hombre de campo. Cuando se va a una
ciudad hay que ver los matices, las huellas que el paso de tiempo va dejando y no quedarse solo en el monumento
grandioso, eso se deja para los turistas, las ciudades tienen recovecos, lugares
pocos perceptibles y es aquí donde el flaneur se distingue del simple paseante
que mira más escaparates y lo que hay en las cafeterías, es como un perro de
caza que tiene un fino olfato.
Quizás más que paseante podríamos traducir por caminante, hay matices
diferenciadores, el caminante va sin rumbo fijo y se abandona a las sorpresas
del azar, el caminante va solo, visitar una ciudad en grupo a hacerlo solo
marca una diferencia, en grupo vas al son del grupo o mejor dicho casi no vas,
el caminante aprecia los matices y se puede quedar en una esquina sin prisas
apreciando cualquier cosa que le llame la atención.
Franz Hessel nació en 1880 en Pomerania de una familia de comerciantes
judíos asimilados y falleció en 1941 en Francia.
Hessel se adentra en el interior de las casas de antiguas
amistades y nos hace descripciones que para una mente del S.XXI se nos antojan
anacrónicas , cuando leemos este tipo de libros vemos como ha avanzado la
sociedad en un siglo, que digo en un siglo en 50 años, hoy los recuerdos
antiguos tienen poco valor.
La mente de Hessel es la de un romántico callejero, dice que el placer de vivir y el ocio resultan seguramente más atractivo en otras ciudades ,la belleza de Berlin reside en ella misma sin buscar diversión, reside en el mismo trabajo, creo que el autor hace una buena descripción de la ciudad, aunque yo nunca he estado en Berlin, pero pienso que esto mismo se podría aplicar a Praga, no son ciudades para divertirse sino para caminar y mejor sola que en compañía.
La mente de Hessel es la de un romántico callejero, dice que el placer de vivir y el ocio resultan seguramente más atractivo en otras ciudades ,la belleza de Berlin reside en ella misma sin buscar diversión, reside en el mismo trabajo, creo que el autor hace una buena descripción de la ciudad, aunque yo nunca he estado en Berlin, pero pienso que esto mismo se podría aplicar a Praga, no son ciudades para divertirse sino para caminar y mejor sola que en compañía.
El autor
¿Cuando uno visita una ciudad se ha parado a ver como
trabaja la gente? Berlín en aquellos años tenía sus barrios por profesiones.
Hacer un resumen de estos paseos se hace casi imposible, hay distintos capítulos con titulo y en cada una al autor hace una detallladísima descripción de la ciudad.
(*) Flaneur en francés persona que pasea, en español sería mejor hablar de caminante.
(*) Flaneur en francés persona que pasea, en español sería mejor hablar de caminante.
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