jueves, 14 de enero de 2016

La Vida simple.-Resumen y comentarios

La vida simple también podía haberse llamado la historia de un eremita moderno, así comienza.
Me instalé durante seis meses en una cabaña siberiana al lado del lago Baikal, el pueblo más cercano estaba a 120 Kms, ni vecinos ni rutas de acceso, algunos osos curiosos y 30º bajo cero, así comienza Sylvain Tesson un relato vivido en primera persona.

¿ Es factible? Si, con reservas, debe ser toda una experiencia y estar muy preparado para ella, rezar un par de rosarios para que no te ocurra ningún percance, una caída, o incluso una  enfermada inesperada, pero quizás los dioses de las nieves estaban con él.

Sylvain había estado en 2003 en el Lago y había visto cabañas espaciadas  unas de otras, son habitadas por ermitaños, la idea de vivir un tiempo en ese lugar comenzó a gestarse siete años antes,y terminé cumpliendo mi sueño. Hay quien dice que cuando un deseo es enorme el cielo y la tierra se confabulan para que se haga realidad.

Del lago Baikal se cuentan historias, tiene 700 Kms de largo por 80 de ancho y uno y medio de profundidad, hay una zona a la que nadie puede acceder, hay una base rusa de “experimentación” ( el comentario es mío).

Entre el material necesario para sobre vivir 6 meses en el Baikal figuraban  un icono de San Serafín de Sarov y un retrato de la familia imperial rusa.

Comenta el autor que la formica triunfó en la Rusia soviética y continua a día de hoy, allí no se renueva mobiliario y otros enseres como sucede en España, el sentido estético vino determinado por el materialismo histórico.¿ como fue que el Kitch se apoderó del mundo? Solo hay que circular por una ciudad china , también ver como van los turistas vestidos, yo podría añadir algunas cosas de la madre patria donde vivo pero se saldría del tema que a fin de cuentas es resumir el libro e invitar al lector a leerlo.
El autor junto a la cabaña

   Llevé libros, Vodka , puros y 15 clases de Ketchup el resto era silencio y soledad. Los hombres de los bosques en palabras del autor son centrales que irradian fuerza vital, cuando entran en un cuarto su radiación llena el espacio.

    La vida en estos confines no es fácil, los que trabajan para las estaciones meteorológicas suelen vivir en pareja o grupo de tres o cuatro personas y se vuelven histéricos, hace décadas un jefe de estación que era odiado desapareció y un buen día aparecieron sus botas, los osos no comen abrigos, así que corrieron un tupido velo, también viven algunas mujeres solas en cabaña,  que se divorciaron y no se acostumbran a vivir en la ciudad, es el caso de Lena, dejó a su compañero de cabaña y ahora vive sola, por la noche tiene que salir para ver los aparatos de medición que están a 150 metros de la cabaña y la distancia se la hace larga. Algunas de las personas que llegaron allí fue porque era el sueño de sus vidas,, luego se habituaron a la taiga y al peligro. La cerveza y el vodka también son compañeros de la zona, la cerveza viene en botellas de tres litros, medida siberiana.

   Yura uno de los habitantes del bosque tiene claro que nunca volverá a la ciudad, allí tiene todo lo que desea, soledad y la inmensidad, para sentir el sentimiento de libertad se necesita espacio y soledad.

Libro idóneo para los seguidores de Dafoe, una versión S XX de Robinson Crusoe.



Me quedo con una frase: La libertad tiene un precio pero hay que pagarla

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