Mujeres intrépidas y viajeras ha habido siempre, aunque fue
en el S XIX y principios del XX cuando el fenómeno se generaliza, la autora
mete a la Reina de Saba en este grupo, posiblemente lo fue , aunque la Reina de
Saba llevara un objetivo muy concreto que era seducir al Rey Salomón y esto
para mi es otro asunto, tampoco metería en este grupo a las llamadas mujeres
soldados, pues sus objetivos también eran otros, en los tiempos en que la
mujeres no tenían libertad de elección algunas tomaban las armas.
Hasta no hace mucho viajar era cosa de hombres y la que se
atrevía a viajar sola o en compañía era tildada de aventurera, en más de una
ocasión oí esta expresión y la expresión conlleva algo más, como si la viajera
fuera ligera de cascos, hoy por fortuna las mujeres podemos viajar solas pero
aún hoy hay suspicacias ¿ porqué una
mujer se decide a viajar sola? Los
motivos pueden ser varios, se goza de más libertad, los viajes en grupo suelen
ser agobiantes, lo digo por experiencia, hay que estar al son del grupo y eso
ralentiza mucho, pero puede haber otros argumentos.
Una mujer puede querer recorrer mundo por razones
hedonistas, de curiosidad, de amor, razones personales y filosóficas, todavía a
día de hoy se las tilda de excéntricas. Quizás me decidí a leer el libro porque
me identifico con éste tipo de mujeres y tampoco es raro que las mujeres
viajeras terminemos escribiendo. Nosotras solemos describir la realidad con
cierto distanciamiento irónico.
Algunas características de las mujeres viajeras son el
inconformismo, el desarraigo, el desasimiento a las cosas materiales, quizás
habría que matizar entre viajera y turista, puede haber haber matices.
La maldita curiosidad femenina arrastró por igual a monjas y
Ladies.
Las primeras trotamundos fueron religiosas , eran mujeres
que hacían un viaje iniciático, una peregrinación que en definitiva es eso, no
conocer la tumba de un santo sino conocerse así mismo en la soledad, las
peregrinas preparaban a conciencia su viaje mejor que una turista de hoy en
día, ya por entonces había guías de viaje, las guías turísticas datan de
la época
romana-
Una viajera intrépida reciente fue Shirley Mcleine que hizo el
camino de Santiago en el año 93, andó 800 kms sintiéndose vulnerable e indefensa.
En el S. IV España
tuvo su primera viajera intrépida se llamaba Egéria y durante tres años
recorrió los lugares Santos, pasando por Constantinopla, hasta llegar a tierra
santa, ésta viajera dejó escrito un libro sobre la vida en Oriente, que se convirtió
en un documento imprescindible para viajar a tierra santa, Egéria era curiosa
como les sucede a muchas mujeres que deciden adentrarse por tierras lejanas
solas .
En la enciclopedia de la Historia de España las llamaban mujeres
viriles, en clara alusión a ciertas preferencias sexuales, pero no sabemos si
esto es una falsa apreciación por el hecho de haber viajado solas, es posible
que alguna lo fuera y que otras no y viajaran con espíritu de aventura siendo
femeninas a pesar de sus hazañas. El requisito indispensable entonces era ser
muy rica. Hay que decir que Egeria hizo el viaje acompañada de un nutrido
séquito.
Monjas de armas tomar.-
En el S.XVII Catalina de Eráuso conocida como la monja
alférez fue una mujer intrépida, atravesó el Atlántico disfrazada de hombre y
en Lima se alistó al ejercito, catalina hablaba en euskera pues era vasca. En las
pinturas que hay de ella del pintor Pacheco vemos una imagen masculina sin
rasgos de feminidad(*)
(*) Por lo que voy leyendo saco en conclusión que estas
mujeres intrépidas no tienen nada que ver con la aventurera de siglos
posteriores, creo en mi opinión que son historias diferentes bien por el
contexto de la época que evidentemente influyó bien por otras razones.
Otra monja intrépida fue Manuela Saez nacida en Quito, fue obligada por su familia a
ingresar en un convento pero no era su vocación, huyo como era de esperar,
vivió en Panamá y luego en Lima, se casó con un medico inglés y se convirtió en
la amante de Simón Bolívar fue conocida como la libertadora del libertador.
Cuando los historiadores se refieren a ellas utilizan los adjetivos de
cortesana, infiel, fogosa. Algunas mujeres pudieron huir de maridos abusivos,
se embarcaban en un velero y ponían rumbo al nuevo mundo.
En otro apartado distinto estarían las misioneras que
partieron en el S. XIX hacía el Tibet y Africa para evangelizar, estas
misioneras a veces estaban casadas y tenían familia.
En otra onda distinta
estaría Isabella Bird que viajó a Cachemira atraída por el budismo y Alexandra
David Neel que viajó hasta Lhasa.
Algunas mujeres no fueron buenas escritoras ni hicieron
ningún tipo de hazaña especial pero ayudaron a hombres a hacerlo, Reyes y
Marhajás, tuvieron cierto poder en la sombra y un destino excepcional, eran
tiempos en los que la mujer solo podía ser madre o esposa, fue el caso de Anita
Delgado, el Marhajá de Capurtala se enamoró de ella y recibió una esmerada
educación en París, digna de quien iba a ser su esposa, escribió algún libro de
viaje y también alguna crónica en algún periódico ( para mi no sería un caso de
viajera intrépida, sino el de una mujer con un destino excepcional)
Un caso curioso es el de Lola Montes nacida en Irlanda en
1820 y de apellido Gilbert, pero gracia a sus rasgos se hizo pasar por
española nacida en Sevilla, aprendió a
bailar en Madrid y recorrió medio mundo como bailaora española, el emperador
austriaco Luis de Baviera le construyó un palacete y le dio el titulo de
Baronesa de Rosenthal, fue la Reina no coronada de Baviera, pero ella no estaba
enamorada del anciano emperador y huyó, recorrió medio mundo, pues llegó hasta
Australia, falleció joven con tan solo 41 años.
Otra viajera consagrada fue Frances Minto Elliot que
escribió El diario de una mujer ociosa en España (1884) Frances critica todo lo
que ve lo cual hace el libro destornillante: Madrid es fea y corrupta ( en esto
último no se equivocó, fue un presagio a un siglo vista)
A veces las personas no son feliz en un lugar aunque en ese
lugar se encuentre su familia y sus raíces, es el caso de Isabelle Eberhart
nacida en Ginebra en 1877 pero que encontró su verdadera identidad en Argelia,
aunque esto ultimo podría dar para otro tema que se sale de lo tratado, Isabelle se vestía y se comportaba como un chico.
En aquellos años la emancipación se relacionaba con los
viajes, nadie puede imaginar que una apacible ama de casa con hijos se pueda
convertir un buen día en una intrépida viajera, estas mujeres tuvieron que
enfrentarse a la presión familiar y al
escándalo, todavía hoy es raro que una mujer casada y con hijos viaje sola, yo
he conocido a alguna que otra amiga que viaja sola a remotos lugares, una cóncretamente
estuvo en el Tibet y conoció al Dalai Lama, cuando hizo ese viaje sus hijos
oscilaban entre los 14 y los 20 años y fue su marido quien se quedó al cargo de
ellos, pero no es la norma.
En aquellos salones literarios los hombres calificaban a la
viajera intrépida de loca y excéntrica.
Ya en el S XX Mary Kingsley vivió con chimpaces, en Borneo
Viruté Garnika lucha para que los orangutanes no se extingan, también ha habido
pioneras de vuelos aéreos, en 1963 la
rusa Valentina Terechkova se convertía en la primera astronauta.
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