Antes
de entrar en la historia quiero hablar un poco de Amos Oz.- Nacido en Jerusalém
en 1939 pertenece a esa generación de judíos cuyos padres fueron pioneros, la
mayoría procedente de países del este. El apellido de Amoz era Klauner pero
como tantos judíos de aquellos años quisieron hebraizar su nombre de familia.
La
narrativa judía es poco conocida en España o mejor dicho poco conocida del gran
público, quedando para una minoría que no busca la historia fácil.
La
que narra Amos es de finales del año 59
principio de los 60 y aunque no lo aclara tiene todos los visos de estar
inspirada en una historia real, un amor no correspondido y un asunto religioso
de por medio que queda sin resolver.
Eran
años donde en las casas judías había remolinos de estrellas de David y cipreses
de Van Gogh y en las habitaciones esteras de paja y como libro de cabecera Dr
Zhivago, una estufa de queroseno con llama azul permanecía encendida toda la
tarde.
Samuel
Ash eran un joven israelí que había dejado sus estudios en la universidad y se
había ido a Jerusalém, detrás de la huida había un fracaso amoroso, su padre había
caído en la ruína y esto también le obligaba a buscarse un trabajo, tenía 25
años y era corpulento, con barba, asmático y emotivo, su ideología política era
socialista. Su novia Yardena le había dejado volviendo con su anterior novio
que le había hecho una proposición de matrimonio , unas tres semanas antes de
la boda de Yardena ,Samuel dejó su trabajo de tesis doctoral: Jesús a ojos de
los judíos.
En
aquellos años en Israel había muchos socialistas y comunistas y Samuel asistía
con regularidad a las reuniones.
Después
de la boda de la que fue su prometida Samuel decidió dejarlo todo y partir con
nuevo rumbo, puso un anuncio y vendió su radio de baquelita, una máquina de
escribir Hermés Baby y el resto de cosas que tenía, cuando fue a colocar su
anuncio en la fundación Kepler vio otro de caligrafía femenina: Se busca
acompañante para hombre invalido pero ilustrado, se pagará salario y ahí
comienza la odisea de Asher.
Salió de un asunto amoroso para meterse en
otro, se enamoraría de Atalia, la mujer que vivía con el inválido pero que no
tenía nada que ver con él sentimentalmente. Por aquella casa solitaria habían
pasado más hombres y todos habían tenido que dejar el lugar al enamorarse de
Atalia, era la condición que ella ponía para retenerlos en el lugar, no se
podían enamorar de ella, pero lo cierto es que todos sucumbían, Atalia estaba
ya metida en los 45 y es raro que haya protagonistas femeninas por encima de
los 40 que enamoren a todo tipo de hombres porque Samuel andaba por los
veintipocos, y ella le sacaba veinte, el planteamiento del autor me parece
interesante porque estamos hartos de ver chicas veinteañeras que se enamoran de
cuarentones pero no al revés y cuando sucede hay otros intereses de por medio,
pero no es el caso de Samuel, Atalia es una
mujer atractiva a sus 45 pero este atractivo radica en su personalidad.-
El
autor hace un repaso histórico a la figura de Jesús y Judas, no es el primer escritor judío que se adentra en el tema, dentro del judaísmo en estos últimos años ha habido estudiosos de la figura de Jesús, y casi todos coinciden en algo: Jesús fue 100% judío, el cristianismo era algo ajeno por la sencilla razón de que no existía, fue una creación de años posteriores.
También toca el tema palestino con
cierta objetividad y es que contrariamente
a lo que muchos piensan no todos los judíos están cortados por el mismo
patrón en el asunto palestino, dice el autor que él entiende la lucha por la
tierra y matiza que por ambas partes, pues ambos vivieron en el lugar por siglos.
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