domingo, 18 de noviembre de 2018

Queridos fanáticos.Amos Oz

Amos Oz es un escritor israelí de 79 años de edad, suele escribir ensayos pero también tiene novelas, este el segundo libro que leo escrito por él.

La primera pregunta que se hace el autor es ¿Cómo curar a los fanáticos? porque perseguir a una banda de afganos o irakíes es una cosa, luchar contra el propio fanatismo otra. A partir de aquí Amos  se hace algunas reflexiones sobre la naturaleza del fanatismo y las formas de frenarlo.

El investigador Samuel Huntingon define el actual campo de batalla como una guerra de civilizaciones entre el islam y la cultura occidental, dando una imagen racista del mundo entre unos salvajes terroristas orientales y un occidente civilizado.

El fanatismo es mucho más antiguo que el Islam y el cristianismo, es algo intrínsico al alma humana, desde los que incendian templos religiosos hasta la ocupación de territorios en palestina, incendiando casas con familias dentro, nada diferencia a unos de otros. Todo lo que no es mio sobra, dice Oz, vecinos incluídos.

Hace medio siglo surgió la multiculturalidad, una idea atractiva y que rápidamente se convirtió en muchos lugares en política de odio identitario.

En los años 40 en Jerusalén había bastante mentes abiertas, pero también redentores y mesías, hoy Jerusalem es un cúmulo de redentores.De pequeño fui un fanático sionista-nacionalista y con el cerebro bien lavado, estaba ciego a cualquier argumento que se apartase al relato judío-sionista que nos contaban los adultos, arrojaba piedras contra los vehículos británicos, pero ya de adulto descubrí que las cosas tienen dos caras, me hice amigo de un policía inglés que hablaba hebreo antiguo y me di cuenta que la historia no es tal como la cuenta; para todos pasé a ser un traidor.
Jerusalem 1939.


El fanatismo llega a Israel en todos sus colores y formas con los judíos de Europa, del este llegó el fanatismo de los pioneros, revolucionarios y cofundadores, también nos llegó el fanatismo ultra ortodoxo que se encierra en un gueto fortificado, mientras que los que llegaron de los países árabes trajeron una herencia ancestral de moderación*tenían costumbre de vivir en buena vecindad con sus vecinos fueran de la religión que fueran, pero esta moderación se está acabando, hoy los sefarditas son iguales de fanáticos que el resto.

Continúa el autor hablando de otro tipo de fanáticos, los que odian el tabaco y reaccionan de malas formas si alguien enciende un pitillo, los vegetarianos que ven con malos ojos a aquellos que comen carne. Yo he sido condenado furibundamente  en Israel porque tengo otra visión distinta de como establecer la paz con los palestinos.Pero no todo aquel que tiene una postura política contraria a la nuestra pude ser acusado  de fanatísmo, no depende del volumen de la voz, sino de su postura y comportamiento, y sobre todo de su intolerancia.Los fanáticos tienden a vivir en un mundo en blanco y negro.

En las elecciones cada vez más gente vota por el chiste contra el contrario, las risas fáciles, y el que pasada, en palabras del autor, que comparto totalmente. 

Hay una parte dedicada al fanatismo religioso, dice Amos que el fanático quiere que veas la luz, que solo  él tiene, y es increíblemente altruista, nada egoísta, se interesa por ti mucho más que por él, su constante anhelo es salvar tu alma, sacarte de la oscuridad y alejarte del pecado, y ahí entramos en un estilo de vida que según el fanático nada te conviene.**

 Y termino este resumen con una frase del autor que me ha gustado: el fanático siempre es  moralmente serio ***.Podría añadir algunas cosas de mi cosecha sobre estos tipos, pero no quiero meter cosas que el autor no dijo.


* Es cierto, el sefardita de Marruecos en los años 60/70 no era sionista, esto es algo que se va alimentando a comienzo de los 80.

**Los he conocido en España, los Brahma Kumaris, secta, aunque reconocidos, los Kikos otros que tal bailan, y que si no aceptas sus postulados te quitan del FB, para ellos el mundo son: o los Kikos o nada.

*** Los fanáticos no tienen sentido del humor, todo lo enfocan al mal gusto, cuantos chistes desagradables y groseros he visto sobre alguna formación política, carente de humor y rozando la grosería.Entre el humor y la grosería hay un trecho.

Mi consejo y esto no lo dice Oz, aléjense de ellos, cuanto más lejos mejor.

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