El orden del día.Éric Vuillard

 En Febrero de 1933, 24 hombres se reunieron en el Reichtag, fue una reunión secreta, 24 gabanes de color negro, marrón o cognac,en palabras del autor, se reunieron en torno a una mesa, aquel lugar era el parlamento conocido por el Reichtag; no eran hombres jóvenes, si no bien entrados en años, porque entonces la política la hacían "los ancianos". Los que allí asistían eran empresarios ricos y con poder, entre ellos Opel, en realidad Von Opel, el fabricante de maquinas de coser, bicicletas y autos, más conocido por su marca de coche, una marca de prestigio en los 60/70.

Aquella intrigante reunión la iba a presidir Hermann Göring presidente del Reichstag, en esa reunión se iba a pedir dinero, y si el Partido Nazi ganaba serían las últimas elecciones en 10 años y con un poco de suerte durante los últimos 100, dijo con cierta sorna.Algunos no tenían todavía el gusto de conocer al nuevo canciller, pero en esos momentos una puerta se abrió y un hombre con un minúsculo bigote entró, era Adolf Hitler,  un hombre afable y sonriente.

El nuevo régimen prometía acabar con los sindicatos que desprendían un tufo comunista, cada patrón sería su propio Führer en la empresa.

De aquella reunión salieron varios millones de marcos, entre los nombres estaba también los Siemens que sobrevivirían al Partido Nazi y financiarían con el tiempo a otros partidos  en función de sus intereses. Agfa, Bayer, Halifax(de origen inglés,Lord Halifax), Telefunken. Allí estaban los 24 grandes sacerdotes de la industria alemana, porque Hitler subió al poder porque las urnas le dieron mayoría, pero aquello costó unos cuantos millones de marcos que financiaron los anteriormente nombrados, fue un golpe de suerte, si, pero una suerte calculada.

El libro es un relato de 140 paginas, de hechos que acontecieron en Alemania en los meses previos a la ascensión de Hitler al poder.

El autor ha tenido acceso a algunos documentos que hasta ahora habían permanecido no ocultos, pero si guardados, como la reunión entre Hitler y el canciller austriaco Schuschinigg, al que vapulea, porque el Fuhrer tenía ya en mente invadir Austria, es un libro para los amantes de la historia.