sábado, 9 de junio de 2018

Georgi Markov o la historia del paraguas búlgaro.


Quizá muchos de Vds no hayan oído hablar del paraguas búlgaro. Viviendo en Fés, tenía unos vecinos de esta nacionalidad y un día tomando un vodka ( ellos, a mi no me gusta) me preguntaron si había oído hablar del célebre paraguas, le dije que si, y me comentaron que en Bulgaria había un departamento de algo  así como ingenios mortíferos(fue obra de los soviéticos, pero ya saben que a la gente les gusta tirarse flores) aparte del paraguas me hablaron también del reloj cancerígeno, otro ingenio búlgaro, la verdad es que si el ingenio queda para esto, mejor haber nacido tonto.Aquellos búlgaros no me gustaron, tenían un comportamiento demasiado autosuficiente, además los que iban a Marruecos en cooperación eran miembros de la seguridad del estado, solo que entraban como enseñantes.

    Museo del espionaje de Washington

   La historia del paraguas está ligada a Georgi Markov,un agente que había huido a occidente.
  
En 1978 Georgi Markov vivía exiliado en Londres, trabajando como periodista.El 7 de Septiembre salió como todas las mañanas camino de su trabajo, iba andando y atravesó el puente de Waterloo, de pronto un desconocido se acercó y le pinchó con algo, luego le pidió disculpas, ya en el trabajo comenzó a sentirse mal, y se lo comentó a un colega, le enseñó el muslo donde le habían pinchado y solo vio un pequeño punto rojo, pero ya por la noche se sentía tan mal que decide ir al hospital, una vez allí le comenta al médico: Me han envenenado los servicios secretos búlgaros, el médico pensó que era una paranoia del paciente, pero este le cuenta su historia, el médico llama a Scotlant Yard y un agente se persona en el hospital, pero conforme avanzaba la noche su corazón latía más y más lento.El 11 de Septiembre, cuatro días después de haber recibido el veneno, Markov fallecía.
  Se le hace una autopsia, y el resultado se confirma, ha sido un veneno en forma de toxina, las sospechas recaen sobre el servicio secreto búlgaro, se hizo una investigación pero no sirvió de nada.

Georgi Markov era un  escritor y autor de obras de teatro, célebre en Bulgaria, pero lo que escribía no era del gusto del régimen, así que decide exiliarse, primero en Italia, luego en Alemania y finalmente en Reino Unido donde comienza a trabajar para la BBC, el director de la cadena Peter Udell lo describe como un tipo glamuroso, sus reportajes tenían éxito.En 1972 conoce a Anabel  una periodista de la BBC, en el 75 se casan y un año más tarde tienen un hijo, tenía 49 años cuando fue asesinado, el motivo pudo ser que la BBC emitía comentarios sobre los países del este nada amables, pero en 1978 Markov hablaba por las ondas de radio sobre el presidente de Bulgaria,Teodore Giskof y contaba como era la vida en aquel país. Markov dominaba bien la sátira, un arma que nunca fue aceptada por el partido comunista búlgaro.Giskov tenía una corte de intelectuales que pululaban en torno a él, eran los que alababan sus ocurrencias, pero Markov marcó distancias.
    En 1990 y con el régimen ya caído, su esposa fue a Bulgaria y habló con el nuevo presidente, este la recibió muy bien y prometió investigar el caso, para entonces había gente que todavía vivía y estaba mezclada en el asunto, así que destruyeron pruebas, todos los documentos fueron cargados en camiones y llevados a Pernik donde fueron quemados en hornos.
  El principal sospechoso de la muerte de Markov se llamaba Francesco Gulinov (agente Picadilly), desaparecido en 1972 y del que no se sabía nada, pero detrás de este nombre estaba el servicio secreto búlgaro. Gulinov era particularmente inteligente, hablaba varias lenguas.
  Resumiendo, la encuesta dio como resultado que el KGB ayudó a  los búlgaros a terminar con Markov, el producto con el que lo envenenaron contenía risina un veneno muy potente,  fue preparado en Rusia, iba dentro de una  capsula que al mismo tiempo iba dentro del paraguas, los rusos son muy eficaces preparando venenos,  se elaboró en la Lubianka en el laboratorio numero 12. La risina fue inventada en 1945, y muchos prisioneros japoneses y alemanes sirvieron de cobayas.
     En 1990 Gulinov apareció en Dinamarca, pero parece que llegó a un acuerdo con los servicios secretos ingleses y lo dejan escapar.Tiempo después sería detenido en la frontera checa por tráfico de obras de arte.Gulinov nunca fue juzgado, y el servicio británico dio el asunto por concluido. Londres tenía motivos para callar, había asuntos con los búlgaros pendientes y no interesó tirar más del hilo.

                                          Peliculilla El paraguas búlgaro




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